Página de Hogar

TESTIMONIO DE LIBERACIÖN
por David Stewart



En preparación para una campaña evangelística yo estaba en ayuno y oración por tres días. Durante el segundo o tercer día del ayuno yo estaba con un socio predicador en su hogar. El estaba sentado en el piso de la sala escuchando una cinta de cassette. Recuerdo el incidente claramente. Las palabras de la canción fueron:

Allá en la tierra de Egipto
Al mando del Señor
El ángel de muerte del Señor, pasó derecho en a través.

Ahora el Señor dijo que ese día,
"Al continuar a mi camino
"Cuando veo la sangre
"¡Yo pasaré sobre ustedes! "

Y entonces el coro mantenía repetir:

Soy cubierto por la sangre
Sí, soy cubierto por la sangre
Yo soy cubierto por la sangre del Cordero.
Mis pecados todos son pasados
Debajo de la cruz he echado
¡Soy cubierto por la sangre del Cordero!


En ese momento ví una figura de pie frente a este predicador y para su izquierda. La imagen del ser no fue muy clara pero ví exactamente donde estaba establecido y su esbozo. En sus manos estaba algo como una palangana o un tazón grande. Observé como él derramó los contenidos del tazón directamente sobre la cabeza de mi amigo. Instantáneamente se puso rígido, cayó hacia atrás, su espalda arqueada fuera del piso. Vino entonces un grito desde su barriga que parecía a durar por mas que un minuto. Su cuerpo entonces relajó completamente y despertó en un estado de paz y alegría. Sin duda, ¡un milagro de liberación de la mano de Dios a través de un mensajero celestial! Este incidente también dañó algo de mi teología pero el trabajo en la vida de mi amigo fue glorioso.

Permítanos dar gracias al Padre por el poder de la sangre derramada de Jesús. Ha comprado para nosotros una salvación mucho mayor que cualquiera de nosotros puede ahora comprender.

Este incidente también ilustra otra verdad: En muchas reuniones el PODER es divino mientras que la MANIFESTACION puede ser demoníaco. El poder de Dios excitará a los demonios muchas veces. Para juzgar la fuente de poder por la manifestación es como decir que el avivamiento de Felipe en Samaria estuvo del diablo (Hechos 8). Usted no puede ver un tornado, muy bien, hasta que toca el suelo y recoge suciedad y restos. Frecuentemente el primer momento que nos ponemos conscientes del poder de Dios en una reunión es cuando nos ponemos conscientes de la presencia de impuros espíritus. Fallamos para comprender que estos demonios se manifiestan, no porque están en control, pero debido a Él que es mayor que está presente y ¡está atormentando a ellos! Alabanzas a nuestro Señor Jesús por derramar la sangre de su alma para nuestra redención.



13 de Abril, 1997