"Y en sus orlas harás granadas de azul, púrpura, y carmesí alrededor, y entre ellos campanillas de oro alrededor. Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda la orla del manto alrededor." (Éxodo 28:33, 34)
El Señor le había mando a Moisés que hiciera un traje especial para el sumo sacerdote para que él oficiara en tal traje. En este pasaje extraño el sacerdote debía ponerse un traje que tenía un borde de campanitas de oro entre reproducciones de granadas hechas de lino. No hay explicación dada sino que el sacerdote no pudo ministrar sin este vestido especial. Pienso que el entendimiento viene en el nuevo testamento. Se dicen que el antiguo testamento es el nuevo testamento ilustrado. Somos sacerdotes y Jesús mismo es nuesto sumo sacerdote. Un sacerdote es alguien que es un mediador. El sacerdote representa a Dios ante los hombres y representa a los hombres ante Dios.
Todo ministerio del tipo del nuevo testamento debe ser una expresión del ministerio de Jesucristo mismo. Pues los sacerdotes del antiguo testamento no puderion ministrar al Señor ni de parte del pueblo sin el traje especial asimismo nosotros no podemos ministrar al Señor ni podemos funcionar como representantes del Señor sin ser vestidos correctamente como el Señor. Entre muchas otras cosas, tenemos que tener una campanita y entonces una granada y luego otra campanilla y otra granada alrededor del borde de nuestros vestidos de sacerdote. Si lo hacemos en otra manera es igual que falsificar al Señor.
Al mover en sus deberes el sumo sacerdote producía un sonido hermoso. No fue producía solamente por las campanitas sino también por las granadas de lino que estababan entre cada par de campanitas. Vamos a ver las campanas primero.
I de Corintios 12:7-11:
Pero á cada uno le es dada manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque á la verdad, á éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; á otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; 9 A otro, fe por el mismo Espíritu, y á otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu; 10 A otro, operaciones de milagros, y á otro, profecía; y á otro, discreción de espíritus; y á otro, géneros de lenguas; y á otro, interpretación de lenguas. 11 Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente á cada uno como quiere.
Aquí tenemos nueve "campanas". Son los dones o manifestaciones del Espíritu Santo. Estos anuncian la llegada del poder de Dios en la congregación o dondequiera que el Señor se mueva. Pablo nos dice que si una persona viene a una reunión donde hay profecía "Lo oculto de su corazón de hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros" (1 Cor 14:25). ¡Poderoso! La manifestación del Espíritu debe aydarnos a producir humildad, adoración, y un informe que sale en toda la tierra que testifica que Dios está vivo y que todavía trabaja entre Su gente. ¡Cómo necesitamos esto hoy en día! ¡Cómo nos falta esto en actual! No tener ningún poder entre nosotros es tener niguna humildad verdadera, ninguna adoración dirigida por el Espíritu Santo, y ciertamente niguna informe saliendo para testificar a la realidad de Dios entre Su iglesia. Sin las campanas o sea las manifestaciones del Espíritu, representamos mal a Dios. Damos un cuadro pervertido del Señor al mundo. Declaramos, por lo que somos juntamente, que Dios es diferente que como la biblia dice que él realmente es. ¡Qué crimen! Hacemos nuestros deberes como sacerdote espiritual sin hacer nigún sonido en la dimensión espiritual. Entonces nadie sabe que Cristo mora entre nosotros porque su presencia no es anunciada en la manera que el Padre ha ordenado.
¿Cómo podemos remediar esta situación? Hay que darse cuenta que necesitamos al Espíritu Santo y sus dones. Pero, hay otra cosa que necesitamos también. Dios no responde a la necesidad. Él responde solamente a la fe. Él hace disposiciones para nosotros porque ve nuestra necesidad. Pero Él no se moverá hasta que hay una cosa esencial: DESEO. Perdónenme por gritar, pero TENEMOS QUE TENER LUJURIA PURA hacia el poder de Dios en nuestras vidas y en nuestro medio. Porque es solamente deseo llevado de la fe que suelta las manifestaciones del Espíritu. Paren de orar, "Señor, te necesito" y comiencen a orar, "¡Señor, te deseo!" Si eso le parece difícil tal vez hay un problema serio en su corazón. Pida que el Señor produzca hambre y sed en su corazón para las cosas del reino celestial. Él contestará esa petición.
Al moverse el sumo sacerdote en sus deberes, tenía más que solo campanas de oro en su vestido. Entre cada par de campanas había una granada pequeña. Debido a estas frutas pequeñas el sonido del traje del sacerdote fue magnificado y purificado. Las granadas templaron el sonido de las campanitas de oro. Estas granadas representan el fruto del Espíritu descrito en una lista de nueve cosas en Gálatas 5:22, 23. Recuerden, los dones del Espiritu también se describen en un juego de nueve. ¿Qué es el fruto del Espíritu? Es la naturaleza de Dios y el carácter de Cristo. Es como es Dios. Si en nuestros trajes sacerdotales, en los cuales representamos a Dios ante un mundo perdido, tenemos solamente las campanas y ningún fruto entonces nosotros venimos "a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe" (1 Cor 13:1). Si, en nuestro servicio para el reino no tenemos nigún fruto del Espíritu, producimos un sonido espiritual que no es una expresión correcta del Rey. Será frío y cruel. Jesús no es así.
Si por otra parte no tenemos ninguna campana en nuestro traje producimos el sonido de un DESPLOME: fruta madura que se aplasta. Esto es también una perversión del carácter de Cristo y de la naturaleza de Dios. El fruto sin los dones proclama a un dios débil al mundo; un dios que le gustan a todos y que desea ayudar, pero no puede. Es impotente. Una iglesia con los dones y las manifestaciones del poder pero sin el fruto del Espíritu retrata a un dios que está áspero, frío, y loco. Un dios que pudiera ayudar a la gente pero le gustaría más hacer truenos y lluvias.
Una noche yo sentía algo llegar en mi espíritu pero no entendía qué era. Pronto, un mensaje subió en mi mente y reí cuando lo oí, "Mucha gente tiene más alarmas que bayas." ¡Es verdad! Amigos cristianos, miremos nuestros trajes. ¿En qué estamos ministrando? ¿Qué hay en nuestro borde? ¿Cómo estamos representando a Dios? ¿Lo entendemos nosotros?
En capítulo 12 a los Corintios se ocupa de las manifestaciones del Espíritu. El capítulo 13 habla del fruto del Espíritu, específicamente el amor. Entonces el capítulo 14 describe los dones del Espiritu otra vez. Así pues, es un don y un fruto, un don y un fruto alrededor en el borde del traje.
Desemejante de los dones que deben ser buscados, el fruto del Espíritu es algo producido por rendirse. Al rendirnos al flujo de la vida dentro de nosotros y a la acción de la palabra de Dios, el fruto sucede. Usted nunca ha visto un manzano que gruñía y que trataba de empujar una manzana por sus ramas. Simplemente deja que la fuerza de la vida adentro produzca la fruta sin ruido o ansiedad.
Se dicen que Adolph Hitler anunció que él era un mensajero de Cristo. ¿Ofendió esta mentira a alguien? Sí, varios millones de personas, por lo menos. Se dicen que habían letreros en los hornos de ejecución que indicaban "Ustedes son siendo matados en el nombre de Jesucristo ". Mientras que ministramos en el nombre de Jesús pongámonos los trajes de Él. Asegurémonos de que representamos correctamente al Señor de poder y amor.
Traducido 10-22-99 David Stewart